una experiencia prácticamente perfecta

Las vistas desde la habitación eran asombrosas, lo que hacía que despertar cada mañana fuera un verdadero placer. Además, el desayuno era de un nivel impresionante, con opciones frescas que deleitaron nuestros paladares, como los zumos recién exprimidos y el champán.

Sin embargo, el estacionamiento es un poco complicado si tienes un coche más grande.

Vistas impresionantes, excelente atención al cliente, desayuno gourmet – un hotel excepcional.

Recomiendo explorar el bar en la azotea para disfrutar de las vistas impresionantes mientras se comparte una copa de vino local.

Una cena con una vista impresionante

Cada mañana comenzaba con un delicioso desayuno gourmet, acompañado de unas vistas panorámicas que dejaban sin aliento. El personal siempre fue excepcional, haciendo cada momento especial.

Aunque la cena fue buena, sentí que los precios eran un poco elevados en comparación con otros lugares de la ciudad, y las opciones veganas eran limitadas.

La ubicación y vistas son simplemente espectaculares.

Increíbles vistas y buena onda

El bar de la piscina era genial, aunque un poco caro. La vista desde la habitación era espectacular, especialmente al amanecer. Un detalle que me encantó fue la carta de almohadas. nunca había visto eso antes. Eso sí, el acceso al parking fue un poco complicado, así que cuidado si llevas un coche grande.

me esperaba un hotel de lujo, pero me encontré con un desayuno donde no había leche sin lactosa y tuve que pedirla todas las mañanas. además, los camareros dejaron a la fruta en un salón anexo, como si fueran a esconderla. pensaba que me darían una mejora de habitación por mis molestias, pero, claro, eso era pedir mucho.

la piscina estaba algo abarrotada, pero el desayuno era increíble, con champán y zumos frescos que me hicieron empezar la mañana de maravilla. la ubicación era ideal, justo al lado del puente. las vistas eran espectaculares desde la habitación.

Las vistas desde la habitación eran impresionantes, aunque el acceso al parking fue complicado.

Pasamos un tiempo increíble con amigos. Las vistas desde la habitación son impresionantes, ya que puedes ver el puente. La ubicación es perfecta para explorar, cruzando el puente llegas rápido al centro. Además, alquilamos bicicletas y dimos un paseo muy divertido por la orilla del río. El desayuno fue fantástico y el parking accesible, lo que facilitó nuestro viaje.

Tuvimos un pequeño problema al estacionar, ya que el acceso es un poco estrecho. No fue un gran inconveniente, pero puede ser un desafío si tienes un coche grande.

La piscina en la azotea ofrece vistas espectaculares del río, perfecta para relajarse después de un día explorando. Las habitaciones brindan vistas impresionantes, haciendo que cada despertar sea una experiencia única.

El acceso al parking es muy angosto. si tienes un coche grande, probablemente tendrás que maniobrar con cuidado. La piscina estaba algo abarrotada, y había pocas tumbonas disponibles, así que si planeas pasar tiempo allí, mejor ve temprano. La temperatura del agua de la ducha, además, no se mantenía constante, lo que puede ser un fastidio para algunos.

una experiencia inolvidable gracias al personal amable y a las impresionantes vistas desde la habitación

La habitación era amplia, tranquila y con vistas hermosas. El desayuno, delicioso y variado, ofrecía vistas al puente. El personal fue siempre amable y servicial.

El mirador del bar Adega era como una invitación a un festival de colores y sabores, mientras degustaba la selección de vinos portugueses con vistas que me hicieron sentir como si estuviera en una pintura. La piscina en la azotea era un rincón ideal para relajarse, como si estuviera flotando entre las nubes sobre el río Duero.

Precios elevados en la cena

La ubicación es inmejorable, disfrutamos de vistas espectaculares al río desde nuestra habitación. Desayunar con vistas al puente fue un lujo. La piscina y la zona de cócteles nos enamoraron, además las camas eran súper cómodas y nos sorprendieron con una mejora de habitación al hacer el check-in.

El estacionamiento es algo complicado si tienes un coche grande.

Las vistas al puente son impresionantes, especialmente desde las áreas comunes del hotel. El personal siempre fue muy amable y nos recibió con una copa de vino al llegar, lo que hizo que nos sintiéramos especiales. Sin embargo, el acceso al parking es algo complicado y puede ser un desafío para vehículos grandes. Además, el precio de la cena parece un poco elevado en comparación con otros lugares, y la piscina estaba algo llena durante nuestra visita.